En el mundo de las finanzas personales, uno de los errores más comunes que cometemos tiene que ver con los sesgos cognitivos. Estos sesgos son atajos mentales que utilizamos para tomar decisiones rápidamente, pero que muchas veces nos llevan por mal camino.
Si tuviera que señalar el peor sesgo en la actualidad, ese sería sin duda el sesgo de confirmación.
¿Qué es el sesgo de confirmación?
El sesgo de confirmación es cuando, de manera inconsciente, buscamos información que valide nuestras creencias y evitamos o ignoramos aquella que las contradice.
Imagina que tienes una opinión fuerte sobre una inversión, como que comprar criptomonedas es la mejor opción para ganar dinero. Si buscas información para reforzar esa idea, es muy probable que encuentres artículos, foros o incluso personas que respalden tu punto de vista.
Lo complicado es que, al hacer esto, dejas de lado cualquier argumento contrario que podría ayudarte a tomar una decisión más equilibrada.
Este sesgo es particularmente peligroso en tiempos como los actuales, donde la sobrecarga de información es la norma. Internet está lleno de fuentes que validan cualquier tipo de creencia, por lo que es fácil caer en la trampa de creer que estamos bien informados, cuando en realidad solo hemos elegido aquellas piezas que refuerzan lo que ya pensábamos.
¿Cómo te afecta este sesgo en tus decisiones financieras?
Cuando estás tomando decisiones importantes, como invertir tus ahorros, este sesgo puede hacer que ignores señales claras de riesgo. Pongamos un ejemplo sencillo: decides invertir en un fondo de inversión que promete altas rentabilidades, y lo haces porque leíste en un par de blogs que era una buena idea.
Sin embargo, si hay un analista que alerta sobre los riesgos de ese fondo, es probable que no prestes atención o incluso lo descartes como “demasiado pesimista”.
Esto no solo te afecta en el presente, sino que puede generar un efecto acumulativo. Las decisiones mal informadas se van sumando y, con el tiempo, podrías encontrarte en una situación financiera delicada simplemente porque te negaste a escuchar voces que decían lo contrario a lo que querías oír.
Para evitar caer en el sesgo de confirmación, es fundamental que siempre busques fuentes diversas de información, y más importante aún, que seas consciente de que puedes estar buscando de forma selectiva lo que te resulta cómodo. Un buen hábito es preguntarte: ¿qué estoy ignorando o evitando saber sobre esta decisión?