Según el diccionario de la Real Academia Española, la Globalización es la “Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”.
La Globalización es el fruto de años de sobrevivencia a un sistema capitalista, por eso existe una tendencia a unificar mercados, sociedad y culturas.
Los más positivos, piensan a este fenómeno como un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala que se vale de la fluidez en las comunicaciones y que genera interdependencia entre los países unificando mercados, sociedades y culturas a través de pactos y políticas económicas mundiales que le dan a todo esto un carácter global.
Un claro ejemplo de esta unificación es la Unión Europea, la cual no sólo unió economías, sino que además unifico monedas.
Los que se encuentran en contra de este proceso piensan en la pérdida de identidad de cada país, de aquello que lo caracteriza, y ponen en tela de juicio los límites que se deberían colocar, hasta donde unificar, cambiar o depender.
La Globalización atraviesa, además de lo económico, social y cultural, el plano jurídico, tecnológico e ideológico y será valorada positivamente o negativamente según la ideología de quien hable del tema.
Los países desarrollados o potencias económicas son los que tienen la mayor posibilidad de continuar creciendo y generar Empresas Multinacionales ya que cuentan con los recursos necesarios para lograrlo, esto causa que los países en vías de desarrollo o subdesarrollados estén cada vez más lejos de alcanzar una economía estable y que pueda competir con las Multinacionales.
Esta última idea abre el debate de volver a una economía liberal o proteccionista, lo que implica estar dentro de la Globalización y desproteger la nacional o quedarse fuera del circuito global.