De acuerdo con el Índice de Libertad Económica 2013 que publica y elabora la Fundación Heritage de Estados Unidos y el rotativo Wall Street Journal , nuestro país se posicionó en el lugar número 50 de entre las economías más libres del mundo, ubicándose cuatro lugares por encima de la medición del 2012.
De esta manera tenemos que el Índice de Libertad Económica 2013 para México fue de 67 puntos, 1.7 más que en el ranking del año previo, lo que según el índice, revela una mejora en la apertura de mercado, el manejo fiscal y gasto de gobierno, pero con fuerte debilidad en sus niveles de corrupción.
¿Qué variables toma en cuenta este indicador?
La evaluación de manera concreta trata de ofrecer una medida del grado de libertad de 177 economías del mundo; para elaborar su índice considera los siguientes 10 factores:
- libertad financiera
- libertad laboral
- libertad monetaria
- libertad fiscal
- libertad de inversión
- libertad en los negocios
- libertad en el comercio
- gasto gubernamental
- derechos de propiedad
- ausencia de corrupción.
Para México tenemos el siguiente puntaje:
- gasto gubernamental: 79.4 puntos
- libertad fiscal: 81.1 puntos
- libertad en el comercio: 80.6 puntos
- libertad en inversión: 70.0 puntos
- libertad monetaria: 77 puntos
- ausencia de corrupción 30 puntos
- libertad para los negocios 81.4 puntos
- libertad laboral 59.7 puntos
- derechos de propiedad 50 puntos
- libertad financiera 60.0 puntos
Datos globales importantes
De acuerdo con el indicador, Hong Kong es el país que presenta mayor Libertad Económica, seguido de Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Suiza, Canadá, Chile, Mauricio, Dinamarca y Estados Unidos.
Para el caso de México, el reporte dice que “la economía mexicana ha mostrado un grado moderado de resistencia de cara a un ambiente económico global desafiante. Los esfuerzos de reforma han continuado en varias áreas relacionadas con la libertad económicas”, según el informe.
El documento indica que en el afán de incrementar la flexibilidad del mercado laboral se vieron debilitadas otras prioridades, asimismo, sugiere que el sistema judicial mexicano es potencialmente vulnerable a la interferencia política aunado a que los derechos de propiedad no son fuertemente protegidos y en definitiva, la corrupción debilita la competitividad del país en el largo plazo.