Una de las ramas modernas que ha tratado de consolidarse en la economía es la “Neuroeconomía”, la cual estudia el cerebro humano en el momento que toma decisiones de carácter económico, la diferencia es que se basa en las fluctuaciones de las neuronas y formula sus descubrimientos en ecuaciones.
Esto es muy relevante, pues gran parte de los supuestos económicos no basan sus teorías en comportamientos reales de las personas, sino que dan por hecho el comportamiento humano.
Sin embargo, para la neuroconomía el cerebro una auténtica “caja negra” en la que se encuentran las claves de cómo funciona la economía globalmente.
¿Cómo funciona?
Para estudiar las decisiones económicas, se estudian los cerebros de la personas mientras juegan a varios ejercicios desarrollados por economistas experimentales. Dichos juegos tienen dinámicas donde se involucra la confianza o el riesgo; se usan tecnologías de la imagen (resonancia magnética) para ver qué zonas del cerebro están activas durante esos experimentos.