Una de las ramas que se está poniendo en la ciencia económica es la denominada “economía conductual”, la cual cuestiona el supuesto económico que ha prevalecido durante siglos: el ser humano es un ente racional y por lo tanto toma las decisiones más adecuadas para maximizar su bienestar; sin embargo ¿por qué pareciera que muchas de las decisiones financieras que tomamos son muchas veces equivocadas?
La economía conductual indica que a la hora de tomar decisiones respecto al dinero, los individuos parecemos no ser seres racionales; cuando se trata de un elemento tan vital como el dinero, nuestras decisiones distan ser analíticas y maximización del propio beneficio.
La economía conductual toma en cuenta que nuestra racionalidad se ve opacada por nuestras emociones, además, el cerebro está programado para tener corta memoria financiera (nuestras decisiones se basan en lo ocurrido en el pasado muy próximo), padecemos de sobreconfianza y requerimos constantemente confirmación, de manera que no escuchamos opiniones que nos disgustan.
Así que, conocer las causas de esta irracionalidad es la mejor manera de blindar nuestra mente y tomar las decisiones más acertadas para nuestra riqueza, sin embargo, este ha sido el gran problema de los últimos años.
