Se dice que tu pareja es un reflejo de ti mismo pero cuando hablamos de la “primera dama” es decir, de la esposa de la máxima autoridad en un país, o al menos para el caso de México, tener ese cargo conlleva diferentes obligaciones.
Mucho ha sido escandalizado que la esposa del presunto ganador de la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, debido a que es actriz de Televisa, que ha participado en calendarios adornando las vulcanizadoras, que ha salido en un video de Luis Miguel; sin embargo, lo que más nos debería de preocupar de la “primera dama” es que próximamente será nombrada presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)
Angélica Rivera, mejor conocida como “la Gaviota” se convertirá en la próxima presidencia del DIF, mismo cargo que se considera como es un cargo “honorario” que por default se les otorga a la “primeras damas”. Lamentablemente, la brillantez, los conocimientos y la asistencia social no son requisitos para obtener este cargo, simplemente se lo dan por haber tenido la gracia de haberse casado con el presidente.
Otorgar un cargo público de esa manera ya sea honorario o no, es una fuerte irresponsabilidad, y luego por qué estamos como estamos.
Y así nos esperan otros 6 años, donde el presidente dice su discurso y la esposa nada más aplaude. Donde la sociedad está a la expectativa de que la “primera dama” salga en las portadas de las revistas como ejemplo del “buen vestir” o del “buen comer” o simplemente donde seles vea haciendo alguna acción de caridad.
Así, “la gaviota” será la encargada de elaborar y ejercer las políticas públicas relacionadas con la infancia y la asistencia social.
Preocupante ¿no creen?