Hay muchas formas de gestionar las finanzas personales, desde quien apuesta por el consumo hasta quien, apuesta por el ahorro, o zonas intermedias entre ambas opciones. Sin embargo, también hay visiones de la gestión económica basadas en conceptos como la frugalidad o el minimalismo, completamente opuestos al consumo en exceso.
Hay que tener en cuenta que cuando se habla de minimalismo o frugalidad aplicada a las finanzas personales, suele hacerse en unión de otros conceptos como el de la libertad financiera o en movimiento FIRE.
Aunque, en este caso nos vamos a ocupar exclusivamente del concepto amplio del minimalismo financiero.
Qué es el minimalismo financiero
Solemos tender a pensar que inventamos nuevos entornos o ideas relacionadas con las finanzas, y realmente no es así. El minimalismo, la corriente con tendencia al alza en la gestión de las finanzas personales, es realmente la aplicación de un viejo axioma de las cuentas domésticas: cuanto menos gastes más aprovechas los ingresos, y cuanto menos necesitas menos gastas.
Se trata de dos ideas complementarias, nada complejas y realmente la base de la economía de muchas personas hasta no hace tantos años. La tendencia a pensar que la bonanza económica o una sociedad relativamente cómoda de crecimiento es lo común, hace olvidar que, en un pasado no tan lejano, mucha economía era simplemente economía de subsistencia.
Por tanto, es relativamente fácil entender que de lo que trata el minimalismo en las finanzas es de complementar una racionalización lo más profundo posible sobre los niveles de gasto y una optimización elevada de los ingresos.
Para ello, a diferencia de quienes buscan solamente el ahorro o ajustar su relación entre ingresos/gasto, quien aplica el minimalismo está dispuesto a aceptar determinadas renuncias a cambio de gastar menos dinero para, a la vez, obtener otros beneficios como la necesidad de menos ingresos, la opción de más ahorro o de más tiempo libre.
¿Qué ventajas dicen que tienen los minimalistas?
La lista de ventajas de quienes aplican el minimalismo a sus finanzas es muy amplia siempre según la definición de quienes participa de este modelo de gestión económica.
Recogemos algunas de las que parecen más relevantes y razona:
La racionalización del gasto lleva a un menor nivel de estrés en la búsqueda del ingreso. Un buen ejemplo lo tenemos en quienes valoran la vivienda o la adquisición de la vivienda en función de sus necesidades reales, incluyendo los metros de la vivienda, la capacidad de almacenamiento, la zona, etc. Es un modelo de reducción de gasto que no siempre contemplamos aplicando otros valores como si la casa es más o menos bonita, más o menos espacios, si sobran metros etc.
Otro de los motivos habituales que se esgrimen para este tipo de gestión económica es que permite un mayor nivel de ahorro y control del mismo. Esto, a la vez, traduce en la búsqueda de ingresos pasivos o herramientas financieras que permitan reducir la cantidad de horas trabajadas, parando calidad de vida.
Dentro de minimalismo, por último, también tiene cabida la búsqueda de la reducción de necesidades de consumo. Esto, que para la mayoría de nosotros es difícil, se entiende como un logro que consigue reducir los gastos y mejorar la calidad de vida eliminando el estrés del consumo.