Ya nadie tiene ninguna duda de que estamos ante una de las crisis más crudas y largas que el mundo ha atravesado. Cuesta llegar a fin de mes porque los sueldos no aumentan en función de la carestía de vida; hay que pagar a hipotecas durísimas; hay que pagar seguros, recibos, alimentación… La lista es interminable.
Y como no podemos hacer nada ni para que bajen los precios ni para que nos aumenten el sueldo, parece que la angustia diaria se ha convertido en nuestra mejor amiga. Sin embargo, siguiendo unos pocos consejos, lograremos hacer un mejor uso del dinero y llegar a fin de mes no se nos hará tan cuesta arriba. Veamos qué está de nuestra mano.
En primer lugar, donde más solemos gastar es en la alimentación; si realizamos una plantificación semanal que tenga en cuenta las prioridades dietéticas de nuestro hogar elaborando una lista de lo indispensable, cuando vayamos al supermercado evitaremos comprar aquellos ultramarinos que no nos resultan necesarios y de los cuales se puede prescindir sin dificultad.
Otro gasto que se lleva buena parte de nuestro presupuesto mensual son los recibos de los móviles. Asegurarnos un buen plan de voz y de datos nos hará ahorrar mucho dinero, sobre todo cuando gracias a las nuevas apps de los teléfonos inteligentes podemos chatear e incluso hablar gratis sin ningún coste por nuestra parte.
En cuanto a los seguros de los automóviles, disponemos de un buen número de herramientas en Internet que nos permiten comparar entre muchas compañías de seguros. Todo es cuestión de dedicarle unos instantes y obtendremos una compañía que nos ofrezca más por menos.
Finalmente, no nos olvidemos de que las tarjetas de crédito nos pueden ayudar en multitud de ocasiones; conviene elegir el tipo de tarjetas de crédito que se aviene a nuestro caso y podremos pagar a plazos cómodamente o retrasar aquellos pagos inesperados que no podemos afrontar. Muchos bancos ofrecen un tipo de interés realmente bajo por el aplazamiento, y otros incluso no cobran nada por demorar los pagos al mes siguiente.
Aunque económicamente no estemos en nuestro mejor momento, la historia nos ha demostrado que nada permanece estático en el tiempo. Es hora de mantener la cabeza fría y utilizar el dinero de forma inteligente, sí; pero una cosa es importante: no perdamos la paz y recordemos que, para casi todo, hay soluciones en esta vida.
