La economía mexicana cierra el año bajo una combinación de señales positivas y desafíos significativos. Aunque las perspectivas de crecimiento han sido revisadas por diversos organismos internacionales, la estabilidad macroeconómica y algunos avances en sectores clave ofrecen un panorama mixto.
¿Qué podemos esperar para el cierre de este año? Aquí tienes una visión general basada en datos actualizados.
Crecimiento moderado y revisión de pronósticos
El crecimiento económico de México para el cierre de este año apunta a ser moderado. El Banco de México ha ajustado sus expectativas, situando el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en un 1.8% para 2024, ligeramente superior a las proyecciones iniciales. Este optimismo se basa en un tercer trimestre más sólido de lo previsto, con avances en sectores como la industria manufacturera y los servicios.
Sin embargo, otros organismos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), han sido más cautos, recortando su proyección de crecimiento a un 1.5%. Esta discrepancia se explica por factores como la debilitada demanda interna y las restricciones fiscales implementadas recientemente. Estos ajustes reflejan que, si bien hay señales de recuperación, persisten desafíos estructurales que podrían limitar el crecimiento.
Inflación controlada, pero persistente
Uno de los temas más relevantes para la economía mexicana es la inflación. Según el Banco de México, se espera que la inflación general cierre el año en torno al 4.7%, mientras que la subyacente (que excluye elementos volátiles como energía y alimentos) se estima en un 3.7%. Aunque estas cifras son alentadoras comparadas con años anteriores, la inflación sigue afectando el poder adquisitivo de los hogares.
Por otro lado, las políticas monetarias implementadas por el Banco de México han sido clave para contener los incrementos de precios. Las tasas de interés, que se han mantenido en niveles altos, han ayudado a estabilizar la economía, aunque con el costo de un menor dinamismo en el consumo y la inversión.
Retos externos y tensiones comerciales
Las tensiones con Estados Unidos representan otro factor importante que podría impactar el cierre del año. La reelección de Donald Trump como presidente ha traído consigo nuevas amenazas arancelarias hacia México, particularmente vinculadas al control de flujos migratorios y el tráfico de drogas. Estos posibles aranceles, de hasta un 25%, generarían incertidumbre en sectores clave como la exportación automotriz y la agroindustria.
Además, la respuesta del gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, ha sido firme. Se han planteado medidas de represalia comercial, lo que podría complicar aún más las relaciones bilaterales y afectar los flujos de inversión extranjera directa, esenciales para el crecimiento económico.
México cerrará este año con una economía que avanza, pero enfrenta obstáculos significativos. El crecimiento moderado, la inflación controlada y las tensiones externas configuran un panorama complejo. Sin embargo, los sectores industriales y de servicios han mostrado resiliencia, lo que podría ser clave para mantener la estabilidad.
Para los próximos meses, será fundamental seguir de cerca los desarrollos internacionales, especialmente las relaciones comerciales con Estados Unidos, y mantener políticas internas que incentiven la inversión y el consumo. La economía mexicana tiene fortalezas, pero aprovecharlas requerirá planificación y adaptabilidad.