Primeras consecuencias económicas del conflicto en Ucrania

La escalada del conflicto en Ucrania parece ya imparable tras los movimientos militares de los últimos días con lo cual, conviene también tener en cuenta las consecuencias económicas inmediatas que esto va a tener, y que, de hecho, ya está teniendo.

Es reseñable que debemos distinguir dos niveles o capas de consecuencias, una es la capa relacionada con las consecuencias inmediatas, las que vamos a recibir sobre nuestros bolsillos de manera próxima, y las economías ya están sufriendo.

La segunda capa, más a medio y largo plazo, tiene que ver con la situación macroeconómica que puede generarse en un conflicto de larga duración en el que la geopolítica ha estallado en pedazos en un marco, Europa, en el que hace más de 30 años no asistíamos a un conflicto bélico.

Consecuencias inmediatas

Las consecuencias inmediatas tienen que ver con una situación en la que tras el inicio de las acciones bélicas las bolsas y los mercados sufrieron una gran contracción.

En el caso de Rusia, el valor de su moneda descendió de manera histórica a la vez que la propia bolsa cerró sus puertas estos retrocesos superiores al 9%.

En el caso de las principales bolsas europeas los retrocesos han ido modificándose, aunque durante los primeros días del conflicto rondaron el 4% de media.

Por otro lado, dentro de las consecuencias inmediatas, hemos asistido a una proyección paulatina del crecimiento del precio de los combustibles y del gas. De hecho, este último, en las previsiones de futuros como veremos, va a sufrir una gran subida de precio.

Consecuencias a medio y largo plazo

A medio y largo plazo las consecuencias pueden ser aún muy superiores y graves. Una de las más relevantes va a ser el aumento del precio de los combustibles y, fundamentalmente del gas. Las previsiones sobre el aumento del precio del gas en futuros auguran un entorno realmente complejo en el que podríamos estar a medio plazo ante crecimientos de precio final superiores al 30%, e incluso más.

En cuanto al combustible, la previsión de aumento es muy elevada también. Por otro lado, hay que tener en cuenta el aumento del coste de las materias primas que un conflicto a medio plazo podría tener respecto, por ejemplo, al grano de Ucrania un gran activo dentro del sector agrícola.

Todo ello sin contar con que un conflicto sostenido, con toda probabilidad, arrojaría un mercado bajista en el cual los índices y las bolsas se contraigan y se pongan en modelo defensivo. Esto lo hemos podido ver ya en las últimas dos semanas con un aumento paulatino de la inversión en oro, plata o valores refugio.

La guerra es un desastre humano sin ningún tipo de duda, pero, también es un desastre económico que en un mundo global como el actual alcanza a todos los países y todos los bolsillos.

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