El acoso laboral, muchas veces llamado por su término en inglés mobbing, es básicamente la acción de hostigar en búsqueda de producir miedo o terror en el trabajador.
Puede ocurrir que una persona reciba violencia psicológica por parte de sus compañeros (o lo que sería “entre iguales”), de sus subalternos (en sentido vertical ascendente) o bien, de sus superiores (en sentido vertical descendente, mejor conocido como bossing).
Los que realizan estas prácticas, las llevan a cabo con el objeto de lograr que la víctima abandone su puesto de trabajo. No obstante, la incidencia poblacional del acoso laboral se calcula entre el 10 y el 15 % del total de los trabajadores.
Es importante destacar que, muchas veces estos actos de violencias duran semanas, pero otros llegan a estar vigentes durante meses y hasta años.
Por otra parte, no tenemos que confundir los términos, ya que al hablar de Mobbing no estamos relacionándolo con el “burn-out” o el “stress”. En el caso del síndrome del quemado, o burn–out significa estar desgastado por circunstancias inherentes a la profesión o el trabajo; muy parecido a lo que todos conocemos como stress.
Características y modos más comunes del mobbing, entre otros:
- Gritar, avasallar o insultar
- Quitarle áreas de responsabilidad
- Discriminar
- Ignorarle o excluirle
- Asignarle objetivos inalcanzables
- Sobrecargar a la víctima