Tesobonos

Los tesobonos son títulos de crédito negociables denominados en moneda extranjera y pagaderos en moneda nacional, emitidos por el Banco de México y a cargo del Gobierno Federal.

Dichos títulos pueden o no devengar intereses, dependiendo de colocación de parte de  la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ya sea en descuento o bajo par.

Los montos, rendimientos, plazos, condiciones de colocación y de amortización, y demás características específicas de las diversas emisiones, las determinaba la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tomando en cuenta la opinión del Banco de México.

El 28 de junio de 1989  fue publicado en el Diario Oficial de la Federación  el decreto mediante el cual la Secretaría de Hacienda y Crédito Público fue autorizada a emitir “tesobonos”. En febrero de 1996 se amortizó el saldo total de las emisiones en circulación.

Surgimiento de los tesobonos

En 1994 , que fue el último año del sexenio de Salinas, quien  inició un alto gasto gubernamental en obras públicas, lo cual contrajo un déficit histórico.

Para poder mantener este déficit de cuenta corriente histórico (un 7% del PIB), Salinas emitió los Tesobonos, el cual fue un instrumento de deuda que aseguraba el pago en dólares, en lugar de pesos mexicanos.

El creciente déficit de cuenta corriente aunado a la demanda del consumidor y el enorme gasto gubernamental, inquietó a los inversionistas que habían comprado los tesobonos, en lo principal a ciudadanos mexicanos y algunos extranjeros, quienes los vendieron lo mas rápido posible, vaciando las reservas internacionales del Banco de México, las cuales ya se encontraban en niveles muy bajos.

La política ideal que debía realizarse ante dicha situación, era incrementar las tasas de interés, de esta manera  la base monetaria se contraría y evitaría que más dólares siguiesen siendo extraídos de las reservas rápidamente.

El problema fue que era un año de elecciones (en ese entonces consideradas las más transparentes del país, y las primeras con observadores internacionales).

Influenciados por esto, el Banco de México decidió comprar deuda mexicana para mantener la base monetaria e impedir que las tasas de interés se incrementaran, sin embargo, ocasionó una mayor fuga de dólares de las reservas internacionales a niveles históricamente bajos (que llegarían a 9 mil millones de dólares; a modo de comparación, el 2005 llegaron a $70 mil millones).

La crisis fue inevitable, y terminar con la paridad fija del peso fue y sigue siendo una tarea difícil por corregir. Aun así,  después de las elecciones, durante los últimos 5 meses antes de la toma de posesión de Ernesto Zedillo, la administración de Salinas no llevo a cabo medida alguna.

Se argumenta que Salinas quería mantener su popularidad, puesto que buscaba el apoyo internacional para su candidatura a director general de la Organización Mundial de Comercio.

Salinas por su parte, afirma que había hablado con Zedillo para compartir la devaluación entre los dos periodos presidenciales, sin embargo Zedillo decidió tomar la carga del ajuste económico en su totalidad.

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